Tarde y mal
- Iker Lizarralde y Aitor Allende
- 4 nov 2015
- 2 Min. de lectura

El Gobierno Vasco ha sancionado, por primera vez en la historia, a Petronor por una fuga de coque el 21 de junio de 2014 con un importe de 20.001 euros. Se trata de un hecho histórico, ya que, desde que Petronor se afincó en Muskiz y construyó la refinería y la planta de coque, las instalaciones de la empresa vasca han sufrido numerosos incidentes contaminantes. Asimismo, las labores de refinamiento del petróleo provocan sustancias contaminantes y dañan la salud de la población de la zona. Alergias, picor de ojos, junto con problemas respiratorios son algunas de las afecciones que sufren los habitantes de Muskiz, Abanto y Zierbena.
Como denuncia Cristina Álvarez Baquerizo, la abogada de la Coordinadora Anti Coke-Ez, una plataforma vecinal de Muskiz contraria a la refinería, Petronor contamina el aire mediante la emisión de compuestos de SO2, NOx y partículas en suspensión. La empresa emite, sin límites, benceno, -caracterizado como cancerígeno, mutágeno y con afecciones a la reproducción- tolueno y xileno (BTX), que son compuestos orgánicos volátiles. Desde mayo de 2006, la Coordinadora ha denunciado y a enviado a juicio a Petronor en ocho ocasiones, debido a incidentes contaminantes y licencias de actividad para la planta de coque. Que la primera multa del Gobierno Vasco llegue en 2015, tras haberse registrado incidentes contaminantes y dañinos para la salud, es vergonzoso. Además, en este caso, la multa no es debido a que la planta de Coque sufriera una fuga, el verdadero motivo de la denuncia por parte de Lakua es que , Petronor no notificó la fuga en cuanto se tuvo constancia y que se tardó más de las 48 horas estipuladas en enviar el informe ya que, el 24 de junio era un día “inhábil” en Muskiz, es decir, festivo.
El control del Gobierno Vasco sobre las labores que lleva a cabo Petronor en su refinería de Muskiz es nulo. Es la propia Petronor la que informa periódicamente al ejecutivo vasco mediante un sistema denominado “ingeniería de la monitorización y de los datos” para que sea difícil demostrar que se vulnera la normativa y en general abstrayéndose de una realidad, que es la de los impactos medioambientales y en particular, la de las afecciones a la salud de las personas cuya protección es el ultimo objetivo de la empresa.
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